La realización de cualquier deporte supone un esfuerzo para el organismo, por lo que la boca (como cualquier parte de nuestro cuerpo) debe gozar de una buena salud que permita que nuestro organismo soporte un aumento de los requerimientos físicos.
El ejercicio físico supone un aumento de nuestro metabolismo, especialmente un aumento del consumo de oxígeno lo que dá lugar a un aumento de la liberación de radicales libres que activan la capacidad antioxidante de las céulas generadoras de energía (mitocondrias) permitiendo de esta manera un buen rendimiento deportivo.
Sin embargo si los esfuerzos son muy intensos o mantenidos, esta producción de radicales libres supera los mecanismos antioxidantes pudiendo generarse daño oxidativo (inflamación). Esta inflamación generalizada (sobreesfuerzo) puede aparecer más fácilmente si existía inflamación localizada (por infecciones localizadas o problemas de encías).
Si vas a empezar a hacer deporte de manera regular
Hazte un cheqeo médico para que los profesionales de la salud puedan detectar cualquier posible riesgo.
Recuerda la importancia que tiene una alimentación equilibrada para mejorar la salud de tu boca y para adaptar tu cuerpo progresivamente al esfuerzo físico.
Cuida tu higiene, y soluciona los problemas bucales que tengas antes de comenzar.
Si ya eres un deportista habitual
Ten en cuenta que el deporte debe adaptarse a tu condición física y no al revés. Los deportes muy intensos y prolongados pueden incrementar la inflamación y el riesgo de de padecer enfermedad bucodental y lesiones deportivas.
Exite mayor riesgo de : sequedad de boca y acidez de la saliva debido al sobreesfuerzo y una incidencia más alta de caries debido al consumo frecuente de bebidas y geles azucarados.